El digital Todo Alicante se hace eco de la grave problemática que afecta a las zonas rurales de la ciudad, donde los asentamientos ilegales y la creación de poblados chabolistas han crecido de manera descontrolada. Los vecinos de áreas como La Cañada del Fenollar denuncian que estos asentamientos ya se cuentan por decenas, provocando un aumento en la inseguridad y daños medioambientales. Mientras tanto, el Ayuntamiento no ha implementado políticas claras para proteger ni a los residentes ni al entorno natural.
Las autoridades locales, según las denuncias de los vecinos, no han actuado de manera efectiva ante la proliferación de construcciones ilegales, tales como caravanas, cabañas y chabolas, que están ocupando terrenos rurales sin regulación alguna. La comunidad ha presentado quejas formales tanto al Ayuntamiento como a la Agencia Valenciana de Protección del Territorio (AVPT) y al Seprona de la Guardia Civil, señalando que, hasta ahora, la respuesta de las autoridades ha sido insuficiente.
Un problema social y medioambiental
Además del riesgo para la seguridad de los vecinos, los asentamientos también están causando estragos en el medio ambiente. Los habitantes de La Cañada del Fenollar han denunciado la alteración de áreas naturales protegidas y la afectación de especies autóctonas. Asimismo, advierten del peligro que estos asentamientos ilegales podrían representar en caso de lluvias intensas, ya que las construcciones están bloqueando zonas de drenaje natural, lo que podría provocar inundaciones y otros desastres.
Exigen medidas urgentes
Los vecinos, organizados en asociaciones, exigen una intervención más enérgica por parte del Ayuntamiento y solicitan sanciones más severas para los responsables de estos asentamientos ilegales. Según el portavoz de la asociación vecinal, José Cremades, el problema es «una estafa a plena vista» con anuncios públicos de venta de parcelas ilegales sin que las autoridades locales tomen medidas contundentes.
El Síndic de Greuges ha admitido a trámite las quejas de los vecinos, pero la falta de respuesta clara por parte de las autoridades locales sigue preocupando a la comunidad, que teme por su seguridad y la degradación de su entorno.