Todo comenzó con una caravana vieja, seguida de una modesta casita de madera. Luego, la expansión continuó con la presencia de contenedores y algunas estructuras improvisadas adicionales. Se permitió la realización de obras ilegales, incluyendo cercados y portones. Ahora, nos encontramos frente a un poblado chabolista arraigado en el corazón de la Cañada del Fenollar, a tan solo 200 metros de la escuela pública y a menos de 50 metros de las vías del tren. En Camino de Agost a San Vicente esquina a Camino Depósito de Agua.
La desoladora imagen que se presenta a los pasajeros del tren al llegar a Alicante es la de una ciudad con rasgos tercermundistas, dominada por chabolas que evocan las peores condiciones de vida en diversas partes del mundo.
A medida que la convivencia pacífica se desvanece entre los residentes de la Cañada del Fenollar y los índices de robos aumentan significativamente, aunque no está demostrada la vinculación entre el aumento en los robos con la implantación de estos asentamientos, las autoridades optan por hacer la vista gorda. No intervienen de oficio ni implementan medidas preventivas, incluso cuando observan actividades ilegales que podrían denunciar.
La impunidad parece haberse arraigado en el municipio
Parcelan terrenos agrícolas, rústicos o ramblas, NO URBANIZABLE, para luego venderlos en lotes a buen precios, presentándolos en línea con planos que sugieren una operación de compraventa legal de terrenos urbanos.
Compran terrenos mediante escritura pública con varios compradores personas físicas o jurídicas, luego hacen la venta de una parte de la propiedad, entrando y saliendo nuevos propietarios, en realidad la propiedad es compartida entre todos.
Un negocio sumamente lucrativo que prospera a expensas de la ética y el respeto por el entorno natural y la convivencia comunitaria. Se trata de la creación ilegal de asentamientos y la subdivisión de terrenos rústicos o cauces fluviales, posteriormente comercializados como parcelas, anunciádose en Wallapop y otros portales de internet, (Véase imagen de captura de pantalla de wallapop) A los compradores se les promete la posibilidad de construir viviendas de madera, contenedores o caravanas, priorizando el beneficio económico sobre el impacto ecológico y el bienestar vecinal.
Parece que se olvida el sentido de responsabilidad hacia el medio ambiente y la armonía social.
Ahora, se vislumbra una nueva ola de este tipo de prácticas en el camino Rambuchar y en el Camino de la Ermita San Jaime. Los compradores muestran a los vecinos documentos que supuestamente autorizan la parcelación y segregación, alegando ser de origen municipal. De ser cierto, esto podría implicar la comisión de un presunto delito de prevaricación por parte de algún funcionario.
Los cerramientos de cualquier tipo o material en terrenos regulados por la CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL JÚCAR no pueden ser autorizados sin un informe preceptivo favorable, el cual no ha sido emitido y no podrá serlo. La CHJ ya ha expresado su posición al respecto en un informe anterior, en el que señaló la prohibición de realizar cualquier tipo de obra o cerramiento en dichas áreas.
La segregación de parcelas en terrenos rústicos para la implementación de viviendas o infraviviendas no está permitido por la ley urbanística.
La AVCF está investigando la titularidad y los beneficios de este negocio que se encuentra en expansión continua e imparable.
Esta asociación se compromete a no cesar en sus esfuerzos hasta lograr la demolición de todos los asentamientos ilegales y restaurar el cumplimiento de las normativas urbanísticas.
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