Hace más de 15 años, los vecinos de la Cañada del Fenollar recuerdan con ironía la visita de un grupo de políticos —hoy ya jubilados— que llegaron al lugar para colocar la primera piedra de lo que sería el nuevo colegio público de la pedanía. Aquella jornada de promesas estuvo acompañada de paella y cervezas, pero tras aquel evento, los políticos desaparecieron y el proyecto nunca avanzó. Desde entonces, las promesas incumplidas han sido el pan de cada día, mientras los niños del viejo colegio sufren condiciones indignas.
Condiciones insostenibles en el colegio actual
El colegio actual es un símbolo del abandono institucional. Los niños estudian en contenedores que no protegen del frío, carecen de baños homologados, y no cuentan con instalaciones deportivas adecuadas. La inseguridad es palpable: no hay barandillas de protección en la puerta principal, que se encuentra a escasos dos metros de la transitada carretera CV-824.
A esta lista de carencias se suma una grave irregularidad: el colegio no cuenta con saneamiento adecuado. Las aguas fecales se recogen semanalmente en fosas sépticas no homologadas, lo que supone un riesgo tanto para la salud pública como para el medio ambiente. La situación es insostenible y refleja el abandono total al que se ha sometido a esta comunidad.
Además de estas deficiencias, la ubicación del colegio agrava los riesgos. Se encuentra en una zona con cuatro capas de peligrosidad relacionadas con inundaciones:
- Peligrosidad nivel 3.
- Peligrosidad geomorfológica.
- Envolvente de peligrosidad por inundación.
- Riesgo de inundación generalizado.
La falta de medidas preventivas convierte cada temporada de lluvias en un riesgo potencial para la vida de alumnos, profesores y trabajadores.
Presupuesto aprobado, pero sin resultados
A pesar de que el presupuesto para la construcción del nuevo colegio ya está aprobado, el Ayuntamiento parece estar preparando un relato para justificar su falta de acción. Los vecinos temen que los fondos destinados al colegio sean desviados a otros proyectos, dejando nuevamente a los niños y familias de la Cañada del Fenollar relegados como ciudadanos de segunda categoría.
“El Ayuntamiento trata a nuestros hijos como obreros sin futuro, negándoles el acceso a una educación básica en condiciones dignas, mientras otros niños de la ciudad disfrutan de colegios modernos y seguros”, denuncian desde la Asociación de Vecinos.
Responsabilidades ante un posible desastre
La Asociación de Vecinos de la Cañada del Fenollar ha sido clara en su advertencia: si ocurre una tragedia, como una inundación que ponga en peligro vidas humanas, se considerará a las autoridades actuales responsables de una presunta inacción criminal. “Que nunca un padre o madre tenga que recoger a su hijo o hija en la desembocadura de la Rambla de las Ovejas junto a San Gabriel. No lo permitiremos”, sentencian.
Un llamado a la acción
La Asociación de Vecinos exige al Ayuntamiento que deje de mentir a las familias de la Cañada del Fenollar y cumpla de una vez por todas con su promesa de construir el nuevo colegio. El presupuesto ya está aprobado, y no hay excusas válidas para seguir postergando un proyecto tan crucial.
“El futuro y la vida de nuestros hijos deben ser la prioridad. Es hora de que las autoridades cumplan con su deber y devuelvan la dignidad a nuestra comunidad”, concluyen desde la Asociación.
Conclusión
La situación del colegio de la Cañada del Fenollar no solo es un problema de infraestructura, sino un reflejo de la desigualdad en la atención que reciben las diferentes zonas de Alicante. Mientras los niños de otras partes de la ciudad disfrutan de colegios modernos y seguros, los de esta pedanía sufren un abandono que no debería tolerarse. Ahora, más que nunca, los vecinos exigen justicia y acciones concretas antes de que sea demasiado tarde.
